Nacho Pangua dibuja rinocerontes como unicornios. No, no te estoy diciendo que NO SEPA dibujar rinocerontes. De hecho, él es Don Rinoceronte (mira su Instagram). Sabe perfectamente. A lo que me refiero es… A ver, te pongo en situación:
Los unicornios son seres míticos, pero a lo largo de la historia muchos contaron que se habían topado con ellos: las tropas de Alejandro Magno en el valle del Indo (Unicornis); Celtas en el norte de Galicia (Unicornio dorado); componentes de la Academia de Ciencias Sociales de la República Popular Democrática de Corea de la Universidad de Pyonyang (Guarida de los unicornios)…
Pero resulta que, según los estudios posteriores correspondientes, todos estos testimonios estaban condicionados, los ojos de los testigos estaban empañados con leyendas, sorprendidos por lo exótico, influidos por aquellos territorios desconocidos.
Y donde veían unicornios, realmente había rinocerontes.
Cuando digo que Nacho Pangua dibuja rinocerontes como unicornios, es que es un ilustrador que tiene esa mirada.
La mirada genuina del que contempla algo por primera vez. La mirada de los aventureros que se arriesgaban en tierras extrañas. Una mirada que transforma lo conocido en lo legendario, lo factible en lo imposible, lo lógico en lo fabuloso.
La creatividad, sensibilidad e imaginación de Nacho Pangua hace que, en sus dibujos, tú también contemples unicornios.
¡No, no! ¡Que no digo que SOLO SEPA dibujar unicornios!
Y dale. No, si cuando no quieres entender…

Nacho Pangua dibuja a lo largo de su vida
Nacho Pangua nace en Madrid coincidiendo en el calendario con el año 1978. Unos añitos después, pulula dibujando por ahí acompañado de su libreta y lápiz, y se maravilla de eso que llaman perspectiva, con lo que acaba estudiando Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de su ciudad natal (2005).
Estudia y estudia, trabaja y trabaja, y se le cruzan otras cuestiones plásticas profesionales como el diseño y la ilustración, a las que acoge con alegría.
No deja nada atrás y sigue con el dibujo técnico mientras produce, como autor y coautor, álbumes ilustrados y libros de narrativa y poesía, para chicos y grandes.

Entre una cosa y otra, no para de presentarse a concursos de arquitectura y diseño, y también de ilustración, quedando por ejemplo finalista en el Premio Internacional Candil Ilustrado 2015 (cuyo jurado incluía grandes como Roberto Aliaga y Gema Sirvent).

Nacho Pangua dibuja rinocerontes mientras contesta a la entrevista
Para ir calentando el ambiente: ¿cuál es tu relación con la escritura, en general?
¡Qué pregunta más difícil! Bueno, como en los exámenes, hay que ir a por la pregunta dura al principio. 🙂 La verdad es que no sabría definir muy bien mi relación con la escritura, pero voy a intentarlo: a nivel personal, la escritura me sirve como válvula de escape o como herramienta para pensar. Cuando tengo un problema que no sé por dónde atacar o cuando estoy triste o cabreado, a veces escribir me ayuda relajarme, a poner orden y perspectiva en mis ideas y a hacer que el problema que me tenía preocupado, fuera cual fuera, se haga más pequeño.

Por otro lado, soy muy curioso y me encanta leer, así que tengo que tener cuidado porque el tiempo se me pasa sin que me dé cuenta. Antes de que existiera Internet podía pasarme horas enganchado a los tomos de la enciclopedia ilustrada que tenían mis padres en el salón. ¡Ahora con Internet, el peligro es infinitamente mayor!
Y por último, estoy casado con una escritora (nota de Enrique Carlos: ¡Ja-ja! También la he entrevistado! ¿Qué creías?), así que llevarme bien con la escritura viene en el pack.


¿Me hablas de algún escritor que te haya marcado de alguna manera? (hayas ilustrado sus obras o no).
Si tuviera que decidirme por uno, creo que sería Isaac Asimov. Me apasionan sus historias y la manera tan limpia que tiene de contarlas. El libro de La Fundación me marcó mucho. Nunca lo había pensado, pero puede que fuera el que me abriera el paso al mundo de la Ciencia Ficción. También está Emilio Salgari. Mis referentes tienen unos años ya, ¡pero es que yo también! 🙂

¿También escribes? ¿Has ilustrado algún texto tuyo?
Sí, tengo un libro editado con SM en la serie blanca de Barco de Vapor: El rubí del monte Fuji, que he tenido la suerte de ilustrar yo mismo. Ha sido una experiencia fantástica seguir el proceso de creación y producción desde las dos perspectivas de escritor e ilustrador.

¿Qué tipo de relación prefieres tener en general con el escritor al que vas a ilustrar su obra: que te permita libertad total de movimientos o que te dirija en algunas cuestiones?
Antes de empezar a dibujar me gusta hablar con el escritor y tratar de definir entre los dos la estrategia a la hora de enfrentarnos al encargo. Llegar a una postura común sobre todo en cuanto al tono de las imágenes, de las sensaciones que se busca transmitir con la obra o de aquellos aspectos emocionales que se quiera destacar. El texto y el dibujo deben estar bien engarzados. No sé si me explico, sería una pena que aunque los dos fueran bailarines excepcionales, bailasen músicas diferentes. Estas cosas, si no se fijan al principio, luego es muy difícil hacerlas casar bien y que todos los implicados en el proceso de creación queden satisfechos. Dicho esto, una vez que los límites están fijados, me gusta tener libertad de movimientos. Lo que creo que me funciona es esto, una libertad "parcial" de movimiento 🙂

Como ilustrador, ¿prefieres la ilustración de lo que llaman “vía objetiva”, tipo cronista que describe justamente lo que dice el texto, o te decantas por la “vía subjetiva”, que refleja su visión emocional de la obra? ¿Y como lector?
Creo que esta pregunta te la habría respondido de manera diferente si me la hubieras hecho cuando era pequeño. Entonces me gustaba ver dibujado aquello sobre lo que estaba leyendo (siempre y cuando se hubiera maquetado en su sitio y no te destripase aquello que iba a pasar dos páginas más allá). Recuerdo especialmente dibujos con infinidad de detalles, grabados en blanco y negro en los que podías perderte un buen rato contemplándolos, que te transportaban directamente allá donde sucediera la historia.

Ahora, como lector adulto, he aprendido a disfrutar de esa "vía subjetiva" y si las imágenes me cuentan una historia complementaria al texto, lo aprecio mucho.
Y como ilustrador es un tema con el que me gusta experimentar, pero entiendo que es una decisión que hay que tomar entre todos, escritor, ilustrador y editorial.

¿Alguna vez ha inspirado una ilustración tuya el texto de un escritor, o has escrito algo a partir de un dibujo?
Las imágenes me inspiran mucho. Los museos son un sitio magnífico para ir a imaginar. De hecho, ahora mismo estoy metido en un proyecto personal, un comic, que surgió de un texto que escribí al ver un cuadro del Museo de Málaga, del Palacio de la Aduana.
En cuanto a si alguna ilustración mía ha inspirado algún texto, no tengo ni idea, ¡ja, ja, ja! ¡pero me encantaría saberlo!

¿Qué libro infantil te gustaría ilustrar?
La verdad, es algo en lo que no había pensado nunca. No sé si tengo un libro favorito que me gustase ilustrar. En el fondo todos los proyectos son un reto, aunque supongo que ilustrar un clásico sería una pasada.

¿Ilustradores y/o escritores para público infantil que te interesen? ¿Me cuentas por qué?
Hay un montón y más ahora, que los álbumes ilustrados están cogiendo mucho peso. De entre ellos Joe Todd-Stanton, Scott Campbell o Chris Haughton son unos bestias de los que aprendo constantemente. Y en España, Bea Tormo o David Sierra Listón (otra nota de Enrique Carlos: aquí tienes una entrevista chula a David) son otros dos fuera de serie.

Dibujas para el público infantil pero, ¿prefieres dibujar para otro público?
Me encanta dibujar para el público infantil, pero también me gusta dibujar en general.
Siendo mi público el infantil, a veces, invento proyectos personales para forzarme a cambiar de público porque, aunque no lo parezca, son lenguajes muy diferentes y se puede aprender mucho saltando de vez en cuando de uno a otro. Como si en uno se hablase en español y en el otro en inglés. A veces, si hay suerte, después de la prueba, consigues un esperanto muy interesante, aunque también en otras ocasiones lo que sale es un churro, 🙂 ¡pero hay que probar!

¿Algún consejo para la ilustradora o ilustrador que comienza este camino?
Qué difícil es dar consejos, pero bueno, te diré uno que a mi antiguo yo le hubiera venido bien saber. Y es que hay que saber cuándo parar. Siempre se puede seguir puliendo un dibujo, mejorándolo, pero las fechas de entrega están ahí y ellas son las que tienen la última palabra. Organización y saber que hay un momento en que el dibujo hay que darlo por terminado.
Ese sería el consejo 😉

Hasta aquí la entrevista, voy a dejar que vuelva a coger su libreta y papel, creo haber visto pasar un unicornio. Eso, o es que Nacho Pangua me está contagiando su fabulosa mirada. No te extrañes, no hago más que mirar sus dibujos en instagram. Es una terra ignota. Prueba tú, vente.
- Web de Nacho Pangua
- Nacho Pangua en Domestika
- Web de Nacho Pangua
- Web de Nacho Pangua
- Instagram de Nacho Pangua
- Nacho Pangua en la Revista CLIJ
- Nacho Pangua en la editorial SM
- Nacho Pangua en Celcius232
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© De las fotos: Nacho Pangua Méndez.
© De las ilustraciones de este artículo: Nacho Pangua Méndez.
© De las ilustraciones y fotos en general, reservados todos los derechos a los artistas mencionados al pie de cada imagen, posicionando el cursor encima, en los datos del libro al que corresponde o en el apartado "Créditos", salvo acuerdo directo con el autor. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.
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