Roberto Santiago imagina para ti. ¿Qué haces? ¡Tú no dejes de imaginar! No te digo que le des vacaciones a tu imaginación, porque ya te soluciona la papeleta Roberto. ¡No-no-no! ¡Tú sigue imaginando!
A lo que me refiero cuando digo que "Roberto Santiago imagina para ti" es que Roberto logra una... CONEXIÓN. Un curioso, inusual y preciado VÍNCULO con el lector, con el público.
Contigo.
Es raro.
¡Nooo, no quiero decir eso! ¡No digo que Roberto Santiago sea UN BICHO RARO! (¿pero cómo se te ocurre pensar eso?) Con lo de "raro" me refiero a la segunda acepción que nos brinda el diccionario:
Extraordinario, poco común o frecuente.
Es cosa de las historias QUE INVENTA. Y de CÓMO te las cuenta.
Porque cuando lees sus libros (o ves sus películas, o disfrutas de sus obras de teatro), percibes que TÚ YA ESTABAS AHÍ.
Son historias que querías conocer, pero no lo sabías.
Se mete en tu cabeza.
¡NOOOO, QUE NO ES NADA DEMONÍACO!
Y dale, hoy estás difícil. A ver, te lo explico:
Roberto Santiago imagina historias increíbles que disfruta desde la médula, parten de todo lo vivido (lugares cercanos y cotidianos), crecen en su corazón de escritor y buscan desesperadamente una vía para llegar hasta ti.
Consigue que SIENTAS las emociones de SUS PERSONAJES, las mismas que él ha sentido. Logra que se te acelere el pulso ante el peligro, que te desborden sus problemas, que te aneguen las lágrimas y te duela la mandíbula de la risa.
Sí, hay una unión inusitada entre tú y él, a través de sus obras. Y eso es así porque Roberto Santiago imagina para ti.
Tampoco hay que darle muchas vueltas, las cosas son como son.
Y Roberto es Extraordinario, poco común…
Raro.
¡PERO!... ¡QUE NO ME ENTIENDAS MAL!
Nada, contigo no hay manera.

Roberto Santiago, un poquito de su vida
Roberto Santiago nació en Madrid en 1968, con una imaginación portentosa y dos kilos ochocientos gramos de persona. Un tiempo después, aunque no demasiado, estudió Imagen y Sonido en la Universidad Complutense y Creación Literaria en la Escuela de Letras de su ciudad natal.
Dudó entre dedicarse a escribir libros, guiones para televisión, cine y teatro, y/o ser director en estos medios, y decidió que lo haría TODO. Para ello tuvo a bien ingresar en la misma secta secreta que Begoña Oro, donde, al igual que ella, aprenderá a doblegar el tiempo.
Una vez le aceptaron en la secta y le dieron la toga, ya solo era cuestión de currar elevado al cubo. Se la remangó hasta los hombros y mira el resumen de lo que lleva:
- Ha escrito medio centenar de novelas infantiles y juveniles con tremendo éxito, como atestiguan los dos millones largos de ejemplares vendidos de su serie Los futbolísimos (SM), o la calurosa acogida de la serie Los forasteros del tiempo.
- Ha guionizado y dirigido porrón y medio de películas, como El penalti más largo del mundo (nominada al Goya al mejor guion), El club de los suicidas, Al final del camino y la coproducción internacional El sueño de Iván.
- Para el teatro ha realizado adaptaciones y creaciones propias a punta pala, como Ocho apellidos vascos, El otro lado de la cama, o Los Futbolísimos, el musical.
- No se olvidó de escribir y dirigir para televisión, series como El síndrome de Ulises o El mundo según Claudio.

Yendo de un medio a otro aprovechaba la hora de la comida para recoger premios: además de los otorgados por su cine y teatro (Mejor film en el Festival de Terror de Oregón, Premio Telón al Autor Revelación, Premio Enrique Llovet, Accésit Premio Sgae, Premio Internacional de Formatos de Televisión, Premio El País de las Tentaciones a la Mejor Obra…), tiene en su casa bien guardados los literarios, como el que recibió en la III edición de los Premios Literarios Novelistas Abulenses La Sombra del Ciprés, el Premio Edebé de Literatura Infantil por Jon y la máquina del miedo (1999) y el Premio SM El Barco de Vapor por Los protectores (2016).
Y a ratos perdidos escribe para el público adulto (Ana, Editorial Planeta), es profesor de la Escuela Oficial de Cine de la Comunidad de Madrid y también… Uf, necesito descansar. Este hombre no para. Te pongo unos vínculos abajo, tras la entrevista, y ya si eso sigues tú investigando.

Roberto Santiago imagina para ti mientras contesta a la entrevista
Para ir calentando el ambiente, ¿cuál es tu relación con el dibujo, en general?
La gente que tiene talento para dibujar me produce admiración, emoción, envidia (y no necesariamente por ese orden). Yo era un gran devorador de cómics de crío, Tintín, Astérix, Blueberry… marcaron mi forma de entender las historias (y la vida). Si pudiera cerrar los ojos y pedir un deseo, sin duda pediría la capacidad y el talento para transformar a través de unos trazos y unos colores un personaje, un relato, un instante.

¿Me hablas de algún ilustrador que te haya marcado de alguna manera? (haya ilustrado tus obras o no).
De los clásicos españoles, sin duda me quedo con Antonio Palacios. No ha habido nadie igual. Fue un pionero. Su Roncesvalles, El Cid y sobre todo su Manos Kelly me dejaban boquiabierto. Los leía y los contemplaba una y otra vez. Ese gusto pictórico para la composición, para el color, para el detalle. Es uno de los más grandes ilustradores de todos los tiempos. Tuve la enorme fortuna de conocerle en persona siendo yo un adolescente, y me impresionó aún más, me pareció un sabio. Y de esos he conocido pocos en mi vida.

¿También dibujas? ¿Has ilustrado algún texto tuyo?
¡Ojalá! Qué va, no tengo ese talento en absoluto. He tenido la suerte de trabajar con ilustradores muy buenos, que han sabido plasmar en imágenes de manera magistral lo que yo quería contar en mis historias. Aunque en mis series de novelas Los Futbolísimos y Los Forasteros del tiempo hay algunos pequeños capítulos en formato cómic, sí que tengo esa espinita clavada, y tarde o temprano, sé que escribiré algún cómic (ya tengo más de una idea), para el cual por supuesto me acompañaré de un estupendo ilustrador, tenemos muchos y muy buenos por aquí.

Como escritor, ¿prefieres la ilustración de la que llaman “vía objetiva”, tipo cronista que describe justamente lo que dice el texto, o te decantas por la “vía subjetiva”, que refleja una visión emocional de la obra? ¿Y como lector?
Preferiría no tener que elegir. La llamada “vía objetiva” no es nada sencilla, ilustrar con fidelidad un texto, respetando el espíritu de lo que cuenta, pero dándole al mismo tiempo vida, emoción, luz, forma, color… es muy difícil. Y muy pocos ilustradores saben hacerlo verdaderamente bien. Y por supuesto, la llamada “vía subjetiva” me encanta. Creo que lo ideal (en mi opinión) es combinar ambas opciones en su justa medida, dependiendo del tipo de historia. Me emociona cuando un ilustrador me sorprende en mi propia novela, y aporta una visión muy personal o un punto de vista que ni yo mismo había pensado.

¿Alguna vez te ha inspirado una ilustración para escribir, invirtiendo el proceso habitual?
Muchísimas veces me he inspirado en imágenes, tanto ilustraciones como fotografías. Me ha pasado en las películas que he hecho, y desde luego también en los libros. En ocasiones, no ha sido una inspiración para una obra completa, sino más bien para un momento de la historia, para un capítulo, para resolver un conflicto del relato. Por ejemplo, una de las mayores fuentes de inspiración de mi vida sin duda han sido los museos, tuve la suerte de que me acostumbraran a ir de niño, y los sigo disfrutando. Pasar el tiempo delante de una pintura, saborearla de verdad, no solo te hace crecer como persona (que es lo más importante) sino también como contador de historias.

¿Me nombras algún escritor que haya sido (o sea) un referente para ti?
Es muy difícil quedarme con uno solo. Posiblemente no me dedicaría a escribir si de joven no hubiera leído a Robert Louis Stevenson y su Isla del tesoro; es un libro al que vuelvo siempre, una y otra vez, tiene todo lo que debe contener una buena historia. Pero también me han marcado muchos otros escritores, por mencionar solo algunos que leía de niño o adolescente y que me cambiaron mi forma de ver el mundo, ahí van un puñado de nombres, algunos auténticos clásicos, y otros muy infravalorados en mi opinión: Saint-Exupéry, Enid Blyton, Miguel Ángel Asturias, Tolkien, Frank Baum, Salinger, Julio Verne, Roal Dhal o Ray Bradbury. Siempre he sido un escritor compulsivo, y como puedes comprobar por esta pequeña lista, la mezcla de géneros y temáticas siempre me ha acompañado.

Escribes para el público infantil, ¿por qué?
Cuando empecé mi primera novela, El ladrón de mentiras, no sabía que era una novela infantil. Simplemente tenía claro que era la historia contada por un niño de diez años. Después, durante el proceso de escritura, descubrí que cambiando algunas cosas era una historia que podía interesar a los lectores infantiles. Y me sentí muy cómodo haciéndolo. Desde entonces, he escrito más de 40 novelas destinadas a los niños y niñas, es apasionante. Cada día aprendo cosas nuevas y puedo hablar de temas que verdaderamente me interesan mucho. También he escrito cine, televisión y teatro para adultos, pero puedo asegurar que la literatura infantil ha sido el mejor descubrimiento de mi vida como autor. Y mientras siga interesándole a los lectores, aún tengo muchas historias por contar.

¿Qué consejos les darías a los nuevos escritores que quieren dedicarse al público infantil?
No me gusta dar consejos. Simplemente les diría: escribid con el corazón, de verdad, sobre aquello que os apasione. Y tratad a los lectores infantiles con inteligencia, con respeto, de tú a tú. Cuando me presenté al premio de El Barco de Vapor con mi primera novela, no podía imaginar que veinte años después estaría aquí, con tantas novelas publicadas, y con tantos millones de lectores en el mundo entero. El trabajo duro no es una garantía de nada, pero es un requisito indispensable. Y en ocasiones, los sueños se cumplen. Doy fe.

Con esta entrevista has conocido algo más de Roberto Santiago, cositas chulas, pero lo más interesante, lo más inquietante, curioso, conmovedor, brillante, lo vas a encontrar en sus obras. Así que tú sigue imaginando, por supuesto, pero no olvides que Roberto Santiago imagina para ti. Y que eso es raro. Extraordinario, poco común… Como él. Y si quieres leer entrevistas a más gente rara, pica aquí.
- Facebook de Roberto Santiago
- Instagram de Roberto Santiago
- Twitter de Roberto Santiago
- Agencia DosPassos, autor Roberto Santiago
- Web Fan de Futbolísimos
- Colección Los forasteros del tiempo
¿Qué te ha parecido esta corta entrevista?
¿Algo que comentar?
Puedes hacerlo un poquito más abajo, ¡gracias!
© La autora de la fotografía usada en la cabecera es Nines Mínguez.
© De las ilustraciones y fotos, reservados todos los derechos a los artistas mencionados al pie de cada imagen, posicionando el cursor encima, en los datos del libro al que corresponde o en el apartado "Créditos", salvo acuerdo directo con el autor. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.
SUSCRÍBETE a mi blog y descárgate gratis el primer capítulo de
GUSTAVO Y LA MÁQUINA DE MONTAR MONSTRUOS
los dos primeros capítulos de
CERO-CERO-PERICO
y la revista infantil SINQUIETO.
Te enviaré un correo cada dos o tres semanas con los nuevos artículos y alguno extra, pero te daré poco la lata.
Te puedes dar de baja cuando quieras (pero no lo hagas).
Aviso de enlaces afiliados. Te menciono titulos de libros con enlaces afiliados en Amazon; tu pagaras lo mismo y yo recibiré una pequeñísima comisión que invierto en compra de libros (cheque amazon). De todas formas, siempre recomiendo comprar en la librería, sobre todo física. ¡Gracias! ^__^
12 junio, 2019
Me quedo con esta cita: “Y tratad a los lectores infantiles con inteligencia, con respeto, de tú a tú.” 😊
12 junio, 2019
¡Hola Mavi! Sí, es una buena frase. Roberto tiene las cosas muy claras respecto a su público, piensa mucho en él, creo que es una de sus mejores cualidades. Muchas gracias por leer y comentar. ^__^